lunes, 9 de junio de 2014

Un poquitín de huerta.

Seguro que exagero por ser este mi primer año con huerta, pero siento que tengo demasiadas plantitas para ser mi primera vez y a veces no sé muy bien qué hacer. Por suerte se me pasa después de tener una breve comunicación con ellas. Al principio era muy desesperante. No sabía qué querían, sentía que me reprochaban (no sé por qué, mambos de la mente, no?), para colmo me emocioné con las semillas y salieron muchas juntitas y tuve que separarlas una por una, con cuidado de no dañar las raíces (imaginate que no había trasplantado nunca en mi vida). Pero me di cuenta,, hace unas dos semanas, que estaba actuando como si una plaga me hubiese comido todas las plantas. Me calmé, empecé a comunicarme con ellas, a mirarlas, a observar su crecimiento, a tirarle calditos (ya les voy a hablar detalladamente sobre eso), y mi relación con ellas mejoró un montón. Me di cuenta que me estaba complicando la vida en algo que es muy simple. Lo único que me pedían era atención, cariño y agua. Los humanos tendemos a complicar mucho todo, y es cuestión de tiempo y paciencia aprender a simplificar las cosas. Las plantas te enseñan muchísimo sobre eso. Así comencé a notar que en realidad no son tan distintas a mí, que si me paro un momento a observarlas, ellas mismas hablan, sin necesidad de tener cuerdas vocales.

Un poquitín de lo que vendría a ser la primer experiencia de huerta en mi vida:
(Son varios canteros que comparto con mi hermano. Algunas plantas las sembró mi hermano, otras yo, pero nos repartimos las tareas.)

 No sé si se puede apreciar bien, es una cebolla bebé que tuve que trasplantar a una "maceta" hecha con una botella de plástico. Me sobraba tierra y tenía la maceta a mano, así que bueno, se me ocurrió y acá está.



 En este caso ya es un brote más grande y lo trasplanté directamente a la tierra. 
 Cuando viene gente a casa me preguntan mucho si son cebollas comunes o de verdeo, y son cebollas comunes. Por las dudas jajaja.


 Caléndula. Floreció hace unos días, justo después de que se empezara a marchitar la de al lado. 


 Copete que ya está llegando al final de su ciclo. Se la bancó bastante considerando que ya cayeron dos heladas. Suaves, pero heladas al fin. 



Rabanitos re poderosos. 




Perejil. 


Esta fue una super idea de mi vieja para ayudar a las plantas a que estén más calentitas durante el invierno. 


Zanahoria y no sé qué más. Podría mentirles y decirles el nombre de cualquier hortaliza pero quiero ser lo más sincera posible y la verdad es que no tengo ni la más mínima idea de qué es. Ayuda.


Zanahorias. Las re banco.


Una quinoa silvestre que decidió nacer y crecer después de que yo expresara verbalmente "qué lindo sería que naciera alguna quinoa silvestre acá en casa". A la semana aparecieron como 5 brotes. Se hicieron amigas de las zanahorias y se hicieron cargo de cuidar a los brotes de acelga que trasplanté hace unos días. Ya les voy a hablar sobre esta preciosa planta que crece sola, muchas veces en las veredas, y que puede alimentarnos tanto con sus hojas como con sus granos (quinoa).


Las reinas. Habas que crecen a pasos agigantados.





Arvejas. Son vecinas de las habas y les encanta chusmear con otros yuyos que salen a los costados del cantero.



Una de las hojas de repollo que se recuperó después del trasplante. Me lo regaló una señora que es alumna del curso de Huerta al que voy, y se aguantó una caminata de 45 minutos hasta casa, llegó bastante decaída pero se va recuperando poco a poco. Hace 5 días que la trasplanté.


Cebolla de verdeo reciclada. Con mi mamá tenemos la costumbre de comprar cebollas de verdeo, cortarles las hojas verdes, usarlas y plantar el tallo para que vuelva a brotar. Siempre rebrotan y hace poco me enteré que lo normal es que no vuelvan a brotar y terminan floreciendo apenas las plantás por el estrés que sufren, así que, señoras y señores, mi mamá hace magia.


Rabanitos que sobrevivieron a un ataque de hormigas cuando eran chiquitos. Honestamente no creí que se pudiesen recuperar pero bueno, son unos guerreros. Son naturaleza. 


Sobredosis de remolacha.


Más o menos un vistazo de la huerta, son tres canteros y me faltó sacarle foto a muchas plantas, pero lo que sembramos es: cebolla, zanahoria, remolacha, caléndula, rabanito, achicoria, acelga, perejil, haba y arveja. ¿Dónde conseguí las semillas? por ser mi primer año y por ende no haber recolectado semillas de otras cosechas, las conseguí en un lugar donde entregaban semillas del INTA, es un programa argentino que entrega una bolsa llena de semillas cada temporada otoño/invierno y primavera/verano, son gratis y creo yo que no son 100% orgánicas, ya que le hacen un tratamiento que supuestamente no es nocivo en el que reducen el riesgo de que la planta atraiga plagas y diversos insectos. Para empezar me pareció bien utilizarlas, de todas formas ya estoy viendo cómo dejar que florezcan algunas plantas para recolectar las semillas y tener semillas 100% naturales. Por ejemplo, para obtener semillas de cebolla de bulbo se necesita dejar la planta un año más, después de ese año saca una rama re gruesa y dura y de ahí se abre una especie de capullo que contiene las semillas.

Espero que hayan disfrutado haberme leído y les haya inspirado algo si nunca cultivaron nada, al menos empezar con las cebollas de verdeo recicladas, también se hace con el puerro. Hay quienes las sumergen en agua durante unos días para que saque más raíces y después las plantas pero yo no soy muy paciente con eso así que las planto directamente y no tengo ningún problema. El tema es empezar con algo, con lo más fácil, plantar unos rabanitos que crecen re rápido, unas rúculas, caléndulas que son re fuertes y le dan color al patio, lo que sea más fácil y no requiera ni tanto espacio ni tantos cuidados. Así uno se acostumbra y le va agarrando la mano y no se frustra tan fácil. No se queden con que sólo se puede plantar en macetas que venden en los negocios, consigan botellas de gaseosa o agua mineral, córtenlas por la mitad, a la parte de la base háganle agujeros para que el agua drene, a la otra parte del pico déjenla sin tapa y entiérrenla un poquito en cualquier pedacito de tierra que tengan y usen eso como maceta. Si no consumen ni gaseosa ni agua mineral embotellada (mi caso) pispeen un poco las veredas y las esquinas cuando salgan a caminar, siempre hay botellas limpias tiradas, de paso ayudan al medio ambiente reciclando. Se trata de hacer de a poco las cosas, no apresurarse, tenerse paciencia y perdonarse. No vas a poder cambiar el mundo pero TU mundo sí va a cambiar. Y tu percepción de las cosas va a cambiar un montón. No desistas. Todo lo que le damos a la Tierra es devuelto. Porque somos la Tierra y ella es nosotros. Les deseo una semana llena de amor y luz. Hasta la próxima ♥

En la tranquilidad de la naturaleza, puedo decir que mi alma tranquila se expresa. No me digas que no la puedes ver, pues de entre los árboles nadie te va a mover. - En la naturaleza, Zona Ganjah.


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